El Kolectivo KIETO, equipo que ha colaborado con el
CAVEX en Krubera-Voronya y otras cavidades, ha estudiado ciertos aspectos
psicológicos de uno de los mayores condicionantes de las grandes exploraciones,
“el equipo humano” y por la relación de amistad que nos une con el CAVEX hemos
colaborado con un Post en el blog de Jesús Calleja, explicando algo de dicho
estudio. A continuación exponemos un resumen de el estudio.
No existe un héroe, hay un equipo de trabajo…
En 1999 el Kolectivo KIETO se propone
convertir una campaña espeleológica en Larra (Pirineos), concretamente en la
sima BU-56, en un laboratorio para que un equipo trabaje en condiciones
“extremas” (horribles). Y lo consigue.
En realidad nos proponíamos aprovechar la
oportunidad de visitar una gran cavidad (con una permanencia en el interior de
cinco días y tres semanas de campaña, incluyendo la incursión en otra gran
cavidad -A 60- ) para realizar una serie de estudios enmarcados en diferentes
temas de interés para nuestra actividad como técnicos en la Federación Madrileña
de Espeleología (Escuela de Espeleología y Grupo de Espeleosocorro). Nuestro afán
se centraba en aspectos tan dispares como la cadena trófica de la cavidad, la
organización de expediciones y grandes campañas, un reportaje de fotos para los
patrocinadores (claro), o un estudio
sobre el trabajo en equipo y la
satisfacción por la tarea… También hacíamos espeleo, claro…
En esta nota haremos referencia a un
conocimiento y una actitud que adquirió relevancia desde el primer momento y
que, con el tiempo, se ha mostrado como una idea
fuerza para la gente que somos parte de este “experimento” que es el
Kolectivo KIETO.
“Tú solo no puedes, con amigos
sí.”
La idea de que todos formamos parte de
algo “grande” (también eso nos hace sentirnos grandes).
La posibilidad de un cambio
estructural (también “jerárquico”), se facilita por la cohesión y la motivación
de las personas que integran el equipo (y
eso hay que trabajárselo, lleva implicación y tiempo).
Esta
capacidad de adaptación y evolución viene dada por:
Unas tareas claras para todos y el compromiso
logrado hacia el equipo y sus objetivos. También ayuda el conocimiento y la
capacidad técnica de las personas.
Una estructura “suficiente” de comunicación.
El conflicto grupal es inevitable, pero no necesariamente “negativo”, se
muestra como negativo cuando lo que falla es la comunicación.
La flexibilidad estructural del equipo,
lograda tras el trabajo de planificación del proyecto y que aseguraba un amplio
conocimiento por parte de todos de los objetivos genéricos y de la tarea de los
demás. Esto es “gratis”, se produce forma
natural a nuestro modo de planificar e incrementa la capacidad de decisión y
ejecución del equipo.
Los líderes “emergen” ante las tareas
aunque (a pesar que) exista un líder estructural (“jerárquico”). En situaciones
hostiles (“horribles”) las decisiones importantes se toman por consenso, o
“aparece” un líder orientado a la tarea en momentos “clave” (más “horribles” que
lo normal, vamos cuando hay problemas de verdad).
La condición “indispensable” es la
construcción del equipo:
Definir unos objetivos comunes, claros y
realistas. Mantienen la motivación a largo plazo.
Definir tareas y responsabilidades claras, con
roles complementarios, pero asegurarse que todos saben de la tarea de todos.
Construir un lenguaje común. “Tú solo no puedes, con amigos sí”,
tiene un significado especial para los que estuvimos aquel verano en la cueva.
Y todavía lo tiene.
Encontrar momentos para reír juntos.
Lograr un sentido de pertenencia, que las
personas se vean a sí mismas como un equipo, como un “algo grande” que logra
“cosas grandes”.
La
magia está en la comunicación,
que se muestra como el elemento central que asegura la permanencia y la evolución del equipo.
que se muestra como el elemento central que asegura la permanencia y la evolución del equipo.